D.O Rioja

La tradición vitivinícola riojana comienza a adquirir un perfil claramente diferenciado cuando algunos avezados hombres del vino introducen nuevos métodos de elaboración y crianza de los vinos y fundan las bodegas hoy centenarias en la segunda mitad del siglo XIX. Si la mejora de la comercialización del Rioja recibiría su empujón definitivo con la llegada del ferrocarril y de los compradores franceses debido a la crisis de la filoxera, ilustres bodegueros como Luciano Murrieta, Camilo Hurtado de Amézaga o Rafael López Heredia, constituyen el máximo exponente de la definitiva introducción del concepto moderno de calidad en los vinos de Rioja, con la especialización en la producción de vinos de calidad criados al estilo del Medoc y comercializados en botella.

 

Desde entonces Rioja ha sido un modelo de Denominación en constante proceso de modernización y adaptación a las exigencias de los nuevos tiempos, hábitos de consumo y evolución de los mercados. Con su particular forma de entender la innovación en la tradición, el gran desarrollo de la estructura productiva y comercial de Rioja en los últimos años del siglo XX y el prestigio alcanzado por la calidad de sus vinos le ha convertido en una de las grandes denominaciones del mundo. Si las últimas décadas del siglo XIX fueron el punto de partida de la moderna historia de los vinos de Rioja, gracias al nacimiento de una incipiente industria bodeguera y al perfeccionamiento de las técnicas de elaboración, la década estrenada con la mítica cosecha de 1970 significaría una auténtica revolución de las estructuras productivas y comercializadoras, que conduciría a los vinos de Rioja a su indiscutible liderazgo entre los vinos de calidad españoles.

 

Coincidiendo con el reconocimiento oficial de Rioja como Denominación de Origen Calificada en abril de 1991, se inicia un periodo de expansión y modernización del sector vitivinícola riojano. La concesión de la Calificada era el obligado reconocimiento al serio y continuado esfuerzo realizado por el sector vitivinícola riojano para alcanzar las más ambiciosas metas de calidad, un esfuerzo que a partir de entonces se multiplicó si cabe en la búsqueda de la excelencia.

Rioja, en pleno siglo XXI sigue apostando por una política de calidad donde la mejora continua y la independencia, imparcialidad e integridad en sus actividades son parte de sus objetivos.  Tanto es así, que el Consejo Regulador está acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) como organismo de inspección bajo la norma UNE-EN ISO/IEC 17020:2012, y se encuentra en pleno implantación de la norma UNE-EN ISO/IEC 17065:2012 como organismo de certificación.

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